Catedral Primada de Toledo

Cripta de la Catedral Primada de Toledo y los restos de Santa Úrsula.

Desde hace muy poco tiempo, tras su restauración y aprobación por parte del Cabildo, ya podemos visitar la Cripta de la Catedral Primada de Toledo, la cual ha permanecido cerrada durante más de cuatro siglos.

Interior de la Cripta

 

Ubicada bajo el Altar Mayor, ha conservado celosamente los restos de Santa Úrsula, custodiados por tres altares de los que hemos de destacar sus obras. Los dos altares de los extremos dedicados a San Sebastián y a San Julián con pinturas de Francisco Ricci. El altar central dedicado al Santo Entierro con una talla elaborada por Diego Copín. Justo enfrente, detrás de las rejas, reposa la reliquía de Santa Úrsula, dentro de una urna de madera con cristales en el frontal, que nos permite ver los restos en su totalidad. Santa Úrsula yace con el cráneo sobre una almohada y coronada con una diadema; el resto del cuerpo está protegido por una malla metálica que la mantiene unida.

Restos de Santa Úrsula.

 

Santa Úrsula, princesa e hija de un Rey de Bretaña, no quiso renunciar a sus votos y sus creencias y se negó a casarse con Atila, el entonces rey de los bárbaros. Ante su negativa fue martirizada, junto con su sequito, según cuenta la leyenda con otras once mil vírgenes. Más tarde, leyendo los textos que se conservan en un monasterio cerca de Colonia, se descubrió que se había realizado una traducción errónea: “XI m virginum” once mártires vírgenes se tradujo como once mil vírgenes.

 

El martirio de Santa Úrsula junto con las once mil vírgenes es un relato histórico que ha inspirado a grandes artistas, como Caravaggio o Rubens y que también nos ha llegado mediante la poesía o las novelas. Muy pocos conocían que sus restos se hallaban en la Catedral de Toledo, ahora que se han abierto las puertas de la cripta es un buen momento para acercarse a descubrir uno más de los secretos que guarda nuestra Catedral.

El martirio de Santa Ursula y la Once Mil Vírgenes, Rubens.

La idea errónea de que las compañeras de martirio de Úrsula fuesen once mil surge en un documento datado en el año 922 que se conserva en un monasterio cerca de Colonia, donde se hace referencia a la historia de Santa Úrsula y sus compañeras. En el citado documento entre otras cosas se decía:

Dei et Sanctas Mariae ac ipsarum XI m virginum

donde “XI m virginum” debía leerse como “undecim martyres virginum” (once mártires vírgenes)

y en su lugar leyeron “undecim millia virginum” (once mil virgenes)

Durante siglos esta confusión se extendió sin que nadie la pusiera en duda, dando lugar así a la leyenda de las “once mil vírgenes”.